Consecuencias de las Medidas de Confinamiento
en Adultos y
Niños. David Heredia Delgado (2020).
Resumen
Estamos
viviendo unos momentos muy difíciles, primeramente, por la alerta sanitaria y
actualmente por el estado de alarma. Existe un invasor invisible que amenaza
nuestra salud y atenta contra nuestras libertades y labores cotidianas.
Esta
invasión, dramática y peligrosa, ha irrumpido en nuestra sociedad de forma
inesperada. El Gobierno de España, por preservar la salud, ha tenido que
decretar el confinamiento de todas las personas en sus hogares con el perjuicio
que conlleva tal medida.
Atendiendo
a las razones y la finalidad de tales medidas, que no son otras que preservar
la salud de toda la población en general con las consecuencias que pueden
suponer tales medidas, por sí solas, para nuestra salud.
Abstract
We are living through very difficult times, firstly,
due to the health alert and currently due to the state of alarm. There is an
invisible invader that threatens our health and threatens our freedoms and
daily work.
This dramatic and dangerous invasion has entered our
society in unexpected ways. The Government of Spain, to preserve health, has
had to decree the confinement of all people in their homes with the damage that
such a measure entail.
Considering the reasons and the purpose of such
measures, which are none other than preserving the health of the entire
population in general with the consequences that such measures, by themselves,
may entail for our health.
Consecuencias del Confinamiento y/o
Hacinamiento.
Las
medidas de confinamiento y/o hacinamiento provocan efectos y
alteraciones en nuestra salud:
-
Alteraciones perceptivas: visuales, olfativas, gustativas y en
general en los sentidos.
-
Alteraciones
en los ciclos horarios de sueño.
-
Alteraciones
en las funciones cognoscitivas.
-
Alteraciones
en el conocimiento de la temporalidad.
-
Elevados
niveles de ansiedad.
-
Comportamientos
de agresividad y/o angustia.
Estas
son algunas consecuencias que se derivan por el hecho de estar confinados en la
población.
Sin
embargo, en la población infantil, las consecuencias pueden ser más
devastadoras que en la población adulta. Se encuentran en pleno desarrollo
psiconeuromotor, su sistema nervioso no ha madurado lo suficiente, existiendo
la posibilidad de alterar su crecimiento normal.
Estas medidas de confinamiento pueden provocar
unos trastornos anímicos y comportamentales en todas
las personas que las
hacen muy peculiares en la población infanto-juvenil.
Consecuencias en la Sistémica Familiar.
Este hecho se debe fundamentalmente:
-
Es
un acontecimiento inesperado y no comprensible para
los menores.
-
Y
su prolongación en el tiempo.
A
medida que el confinamiento se alargue en el tiempo, pueden producir
alteraciones en sus emociones y comportamientos. Estas alteraciones producen un
desajuste en todo la sistémica familiar provocando:
- Irritabilidad, tristeza, lloros, gritos,
preocupación, miedos, rabia, agresividad, pesadillas…
Todas
estas emociones pueden venir acompañadas de conductas negativistas y desafiantes, incumplimiento de
normas, de las rutinas diarias impuestas por los padres, y enfrentamientos
hacia los padres y con los hermanos.
Las
medidas de confinamiento producen alteraciones en nuestras emociones,
pensamientos y comportamientos. Provocando: sensación de desasosiego, depresión, irritabilidad,
soledad, impaciencia, aburrimiento y frustración.
También,
se ve afectado nuestro sistema homeostático en general, dañando nuestro sistema
inmunológico, físico y psicológico.
Existen
estudios científicos que evidencian que tener emociones positivas y tempranas
mejoran no solamente el sistema de alerta inmunológico, sino que previenen el
desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y una mejora del rendimiento
cognoscitivo
Síndrome de la Fiebre de la Cabaña.
El
Dr. Rosenblatt (1983), en su trabajo de investigación de carácter
empírico “Significado de la
fiebre de la cabaña”
analizó las consecuencias del confinamiento en condiciones de extremas
temperaturas (-20ºC) y de aislamiento.
Su
metodología de trabajo se basó en una muestra de 34 hombres y mujeres con
edades comprendidas entre los 17 y los 84 años.
Describió
los signos de las personas sometidos a la “fever cabin”, terminología anglosajona
Los
síntomas más comunes que describían los sujetos eran:
desasosiego, sentirse enjaulado, depresión, irritabilidad, soledad,
aburrimiento, frustración e impaciencia.
Concluyó
en su estudio, que existen personalidades que se pueden ver más afectadas que
otras personas, dependiendo del tipo de personalidad.
Además,
la “fiebre de cabaña” puede afectar a otras
personas del entorno
en el sentido en que otra persona está inquieta, irritable, deprimida, etc.;
afectará a otras personas. Aunque, podrían desarrollar sensaciones diferentes a
los de la fuente dependiendo de la emoción transmitida.
Lo
que es cierto que los miembros confinados en una misma unidad de convivencia
pueden “ contagiar” su estado anímico al resto de los miembros de su estado
anímico: aburrimiento, irritabilidad, preocupación, desasosiego o
insatisfacción.
Existen
personas más propensas a padecer estos síntomas que otras que otras, es decir, hay personas con más resiliencia que otras. Esto se debe a
características de personalidad y de sus rasgos personales.
Así,
nos encontramos que aquellas personas más extrovertidas y dadas a las
relaciones prosociales pueden sufrir los síntomas de la “fiebre de la cabaña”
antes que aquellas personas más introvertidas y menos prosociales a tener actos
sociales fuera de sus hogares.
Conclusiones
En
conclusión, el confinamiento supone unas alteraciones físicas, emocionales,
comportamentales y psicológicas que afectan nuestro sistema biológico como a
nuestras funciones cognoscitivas.
Se
están realizando varias líneas de investigación para valorar como ha afectado
las medidas de salud basadas en el confinamiento ante la amenaza “ invisible”
del covid-19( https://draft.blogger.com/blog/post/edit/4830654322568915760/7296512235311493170).
Todos
los datos apuntan a poseer unos elevados niveles de ansiedad, síntomas relacionados
con la depresión y fobias.
Estas
patologías, se dan tanto en la población infanto-juvenil como en la población
adulta.
Sin
embargo, existen factores sociales y variables de personalidad que van a actuar
de moduladores y amortiguadores a los efectos y consecuencias psicológicas en
todos los grupos de edades.
Algunos
factores sociales que van a actuar como moduladores amortiguantes
son:
-
Tener
una vivienda suficientemente amplia, luminosa y ventilada.
-
Tener
un status social medio-alto de renta económica.
-
Poseer
un trabajo digno.
Mientras
que entre los factores psicológicos que poseen un carácter amortiguador
destacamos:
-
No
poseer patologías psicológicas previas.
-
Rasgos
de personalidad estables.
-
Capacidad
de resiliencia.
Será
necesario la intervención de personal especializado en salud mental en todos
los rangos de edades de la población. En general, bajo una perspectiva
integradora, inclusiva y multidisciplinar. Se tendrá que crear nuevos planes de “salud mental” para poder combatir el
nuevo azote de “la pandemia mental”.
Referencias
bibliográficas.
1. |
Danner D, Snowdon D, Friesen W..
Positive emotions in early life and longevity: findings from the Nun Study. J Pers
Soc Psychol. 2001;: p. 803-814. |
2. |
Rossembelt PCRMAyPAJ. El significado de la fiebre de la
cabaña. Psicología social. 1983 junio; 123(1). |
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